24 de junio de 2010

0 Himno Nacional de Chile. Ruego Considerar.

Estimados amigos, ante las consultas enviadas respecto de la polémica que recientemente se ha generado sobre nuestro himno nacional, debo señalar que he leído detenidamente algunas publicaciones de prensa sobre el particular. Como muchos de nuestros visitantes deben saber, somos un medio informativo independiente que intenta de cierta manera acercar al pueblo de Chile a la música marcial para que la conozca; como asimismo a los que la interpretan, y NO nos cabe profundizar el tema desde la perspectiva de un “juicio de valor” si cupiera ese calificativo.

En mi calidad de administrador de este sitio, y tomando lo mejor de los referentes consultados, cabe señalar lo siguiente:

La publicación efectuada por el periódico “Ultimas Noticias” -de la República de Venezuela-, indica que nuestra canción nacional tendría similitud con una pieza compuesta en 1827. Los archivos que se conservan en la Biblioteca Nacional de Caracas, sobre el particular, constaban de partituras del siglo XIX que provendrían de la Escuela Superior de Música y de los archivos personales de don José Ángel de Montero. Estos –se dice-, fueron vendidos en 1938; y contenían una plana con dos melodías: Canción Nacional Nº 1 y 2, respectivamente. Asimismo, indica que la primera originó el himno nacional venezolano de 1940, mientras que la segunda simplemente se convirtió en una antigua canción. A posteriores, un funcionario de la Biblioteca Nacional Venezolana (Ignacio Barreto) y un compositor (Diego Silva), respectivamente, restauraron las melodías y decidieron ejecutarlas. Fue así como el tenor Andrés Algara, llevó a la práctica tal ejecución. Fue escuchada por un compatriota y le comentó que esa melodía era el himno nacional de Chile.

Se investigó al respecto, y se tuvo conocimiento de que don Mariano Egaña -que había sido embajador en Londres- enviaría en 1827, a Santiago, una nueva versión de la canción. Luego, SE don Manuel Bulnes, la modificó por una que no tuviera el espíritu de guerra que hasta ese momento tenía (las estrofas hacia España). Años después, habría sido nuevamente reconstruida. Cabe señalar que don Ramón Carnicer fue contratado en 1828 para hacer la música del actual himno nacional, y esta fecha coincidiría con la dada por el artículo de “Ultimas noticias”. La diferencia estriba en que para el medio Venezolano está música habría sido escrita por Andrés Bello y no por Carnicer. Hasta el momento no se han mostrado pruebas algunas para atribuir a Bello o a un Venezolano el himno nacional Chileno, por lo cual serían solo presunciones. Mas si se va a la música misma del himno presentado por los venezolanos y la música de Carnicer, se aprecian las altas similitudes en el estribillo.


Reacción

El Profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades Luis Bocaz (Universidad Austral de Chile), en otro artículo de prensa, expone que, el himno nacional chileno tiene música de Ramón Carnicer y letra de Eusebio Lillo. “Ellos jamás tuvieron ninguna relación con la hermana república de Venezuela”. Aclara que “se trata de una información en la que, sin ningún fundamento, se ha mencionado el nombre de don Andrés Bello. Y digo, sin ningún fundamento por las numerosas inexactitudes que se acumulan en la noticia como emanadas de las mismas fuentes venezolanas” (sic).

Además indica que se trata de un problema de catalogación del archivo y de los fondos bibliográficos de la Biblioteca Nacional de Caracas. “Es un problema que no nos concierne. A nosotros nos corresponde despejar dudas. Distinguir, en primer lugar, las historias separadas de la música y los textos que al final se unieron en nuestro actual Himno Nacional con música de Ramón Carnicer y letra de Eusebio Lillo. Música y textos de autores que jamás tuvieron ninguna relación con la hermana república de Venezuela”. Agrega que una vez declarada oficialmente la Independencia, en 1818, Bernardo O’Higgins, desde su cargo de Director Supremo encargó al músico chileno Manuel Robles la composición de la música de lo que sería la primera Canción Nacional de Chile. En cuanto, al texto para esta música se le encargó a un distinguido intelectual de la época Bernardo Vera y Pintado que había nacido en Argentina, pero se había destacado en la lucha independentista chilena. Este primer himno, fue estrenado el 20 de agosto de 1820 y posiblemente cantado desde antes.

Sostiene que al parecer el posterior reemplazo del himno obedeció a criterios de calidad estética. “Correspondió a Mariano Egaña que, a la sazón, se desempeñaba como representante de Chile en Londres hacer la gestión para encargar a Ramón Carnicer una nueva música para nuestro Himno Nacional. Entre paréntesis, Egaña era un ferviente admirador de Andrés Bello y fue quien hizo las gestiones para que el gobierno chileno lo contratara en 1829 cuando Bello era secretario en la Embajada de Colombia, no en la de Chile, en la que trabajó años antes”, dice.

Ramón Carnicer era de origen catalán y de pensamiento liberal. Se encontraba en Londres como parte del brillante grupo de exiliados políticos perseguidos por el absolutismo de la Península. Gozaba de prestigio como compositor de óperas y otras obras del genero lírico, al parecer, cercano a la línea de Rossini (muy admirado en Chile) y cuyo conocimiento había sido introducido por Isidora Zegers, una de las personalidades fundadoras de nuestro Conservatorio. Luego, la música actual de nuestro himno -obra del compositor catalán Carnicer- data de la gestión de Mariano Egaña en 1828.

¿Se trataría, entonces, sólo de una confusión creada por errores de catalogación en los fondos documentales de una Biblioteca? “El resumen de la historia de nuestro himno así lo demuestra con fechas, lugares y actores. Nuestro himno data de una doble vertiente: una música de 1828 y una letra que se le agrega en 1847. Por lo tanto, si en la Biblioteca Nacional de Caracas existe un documento catalogado como Himno Nacional nº 2 y ese documento, en lugar del Himno Nacional de Venezuela contiene la música y letra del actual Himno Nacional de Chile, obra de Carnicer y de Lillo, esa confusión es atribuible a un error del sistema de catalogación de la sección correspondiente de la Biblioteca Nacional de Caracas y los chilenos nada tenemos que ver en ese asunto”, sostiene el Prof. Bocaz.

Pero ¿qué tendría que ver Andrés Bello en esa confusión? “Nada. Absolutamente nada. Don Andrés viajó, en 1829, a Chile desde Londres con su familia, contratado por el gobierno chileno, se instaló definitivamente en Santiago hasta su muerte en 1865 y nunca más volvió a Caracas”.

De la misma manera, el especialista rememora que en 1847 el Presidente Bulnes, ante las reclamaciones de los representantes de España, comisionó, por intermedio del Ministro Manuel Camilo Vial, al joven poeta chileno Eusebio Lillo para que escribiera una nueva letra que limara en parte las asperezas de la de Vera y Pintado que herían la sensibilidad española. Lillo escribió un nuevo texto, pero conservó el coro de la versión antigua. Es decir, quedaron desde “Dulce patria”, hasta los versos “que o la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión.” Lillo le mostró su texto a don Andrés Bello y el maestro lo aprobó, pero le señaló la inconveniencia de mantener el coro antiguo por defectos de acentuación en el verso “o el asilo contra la opresión”. Lillo no siguió ese consejo.

“Aquí se establece la única relación efectiva de Andrés Bello con nuestro himno nacional”, finaliza el Prof. Bocaz.


¿Conclusión?

Tanto las autoridades literarias venezolanas como chilenas, no se han pronunciado masivamente frente a esta temática. Los datos señalados no ofrecen conclusiones, por lo que cabe, en estricto rigor, levantar una investigación histórica a nivel de personalidades en temas de historia, documentación y bibliotecología, que son las especialidades abordadas en el texto.


Fuentes referidas





0 comentarios:

 

Equipo BMC Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates