Músico militar y compositor. Fue discípulo de José Zapiola. En 1831 entró de aprendiz en la banda de música del Batallón Nº 4. Participó en las dos campañas contra la Confederación Perú-Boliviana a cargo de la música del Batallón “Colchagua”. A su regreso, estuvo trabajando en la organización de las bandas militares del país. En 1853, fue nombrado profesor de instrumentos de viento en el Conservatorio Nacional de Música, en el que formó una generación de distinguidos alumnos. Alcanzó, por sus méritos, la dirección de este establecimiento entre 1870 y 1871. Para su cátedra de composición, escribió un tratado de armonía, que lamentablemente no llegó a publicarse. Fue uno de los redactores del Semanario Musical (1852). Murió rodeado del respeto y cariño de sus contemporáneos.
Dentro de sus obras, destacan “Serenata Militar”, que fue premiada en la Exposición Nacional de 1848 (Pereira Salas, Los Orígenes del Arte Musical en Chile).
Es rescatable, un hecho ocurrido mientras el General O’Higgins se encontraba exiliado en el Perú. Oliva, al mando de la banda del Batallón “Colchagua”, dio un “esquinazo marcial” al Libertador, bajo los balcones de su casa. En esa ocasión, tocaron el Himno de Yungay, y antes de regresar a Chile, al anochecer del 17 de Septiembre de 1839, la oficialidad y las tres bandas regresaron a la casa de don Bernardo y cantaron la antigua estrofa del Himno Nacional, que decía:
“Ved la insignia con que en Chacabuco
al intruso supisteis rendir,
y el augusto tricolor que en Maipo
en un día de triunfos os dio mil”
Fuentes consultadas:
Biobibliografía Musical de Chile, desde los orígenes hasta 1886. Eugenio Pereira Salas. 1978. Ediciones Universidad de Chile.
Revista Musical Chilena N° 145. Enero - Marzo de 1979.
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